50 Sombras, capítulo 7. «Escándalo, es un escándalo»

Este análisis comprende de la página 86 a la 94

En el cuarto de juegos hay básicamente todo lo necesario para satisfacer a alguien que le va el sado: fustas, látigos, grilletes, esposas, consoladores, un diván, mosquetones en el techo y una cama enorme, todo en colores burdeos que, según Ana, da a la habitación “un efecto uterino”. Como es lógico, Ana se asusta, pero por alguna extraña razón sigue pensando que no hay peligro y que él jamás le haría daño sin su consentimiento. Bueno, cariño, con él o no acabas de firmar unos documentos que ni te has parado a leer, creo que es hora de acojonarse.

Bueno, le está explicando el rollo amo/sumisa de una manera que no se parece mucho a lo que creo que es el BDSM y que me ha subido la cenita para arriba con tanta prepotencia, arrogancia y edonismo. Ella le pregunta que qué harían y le dice:

—Se trata de ganarme tu confianza y tu respeto para que me permitas ejercer mi voluntad sobre ti. Obtendré un gran placer, incluso una gran alegría, si te sometes. Cuanto más te sometas, mayor será mi alegría. La ecuación es muy sencilla.

—De acuerdo, ¿y qué saco yo de todo esto?

Se encoge de hombros y parece hacer un gesto de disculpa.

—A mí —se limita a contestarme

Que yo sepa, y corregidme si me equivoco, el sumiso obtiene placer solo de ser tratado como tal. Y hablamos de placer físico, además de mental. No es un someterte aunque lo pases mal porque al final la recompensa es tener al buenorro. Si la simple idea de someterte a él no te parece atractiva de primeras, quizás habría que planteárselo. Think about it. Sigamos leyendo, por si he malinterpretado algo.

Dice que una parte de sí misma quiere salir corriendo y recuerda las advertencias de Kate de que era peligroso. Pero aun así se queda a su lado a sabiendas de que le va a decir que sí a todo.

—Siéntate —me dice señalando un taburete junto a la barra.

Obedezco su orden. Si voy a aceptarlo, tendré que acostumbrarme. Me doy cuenta de que se ha mostrado dominante desde que lo conocí.”

Y se da cuenta ahora, mira tú qué oportuna la niña. No se había dado cuenta antes porque el que se pase los dedos por los labios la tenía distraída supongo. Que ahora que lo pienso, una bicicleta o emborracharse suponía un riesgo de muerte para Anastasia pero una fusta o colgarte del techo es inofensivo, ¿no? Vaya con la doble moral de Mr. Grey.

Le ha dicho que o firma el contrato con las normas de lo que harán, (sí, otro contrato más), o no tienen relación de ningún tipo porque él “es así”. La excusa barata del siglo para justificar una conducta de mierda. Al menos está siendo medianamente sincero, claro y directo por primera vez desde que la conoce.

¿Recordáis que le dijo que no haría nada que no quisiese hacer?

—De verdad que no tengo hambre —susurro.

Vas a comer —se limita a responderme.”

Y no ha firmado una mierda todavía. En fin, que vale, que sí, que nos creemos que no es un violador y un loquito, deja de intentar excusar el comportamiento de este personaje de mala manera. Que esa es otra, si el personaje es un cabrón, un gilipollas y un mierda, admítelo. No todos los protagonistas de libro tienen que ser príncipes azules y hasta los más hijos de puta se pueden enamorar, no pasa nada por crear un personaje de esa índole. El problema viene cuando se intenta justificar una acción de mierda tras otra solo porque es guapo o rico. Porque repito que por su personalidad no es, que es que no me entra en la cabeza que Ana esté tan, tan, tan segura de que Christian no le va a hacer daño.

La muy listilla se ha rebelado y dice que no come porque no ha firmado nada. Y él se limita a reírse, claro. Ay, ay, Grey, pillín, que te pillamos las ganitas que tienes ya de hacer con ella lo que quieras…

Vale, como soy tó buena gente os voy a dejar por aquí el contrato

http://www.trilogiacincuentasombras.com/contrato-de-sumision-de-cincuenta-sombras-de-grey/

Aunque lo que nos ocupa ahora son las normas solo. Si bajáis con la rueda del ratón, las encontráis. A ver, comprendo que en rol amo/sumisa, el amo sea dueño de las decisiones y la vida del sumiso porque ambos lo han decidido. Comprendo que esa actitud se toma a gusto y con placer, pero mucho me temo que Ana se va a ver en muchas ocasiones en la tesitura de no querer hacer algo pero como su recompensa es estar con Grey, va a agachar la cabecita y a dejarse. Y eso no es relación amo/sumisa tal y como debería ser. Ojalá me equivoque y no se de la situación, pero es la sensación que me da.

Y bueno, de todos esos puntos a ella lo primero que le llama la atención es lo de que le dará un presupuesto para ropa, porque le preocupa que la tachen de puta. Muchacha, has visto la habitación, has visto lo que le gusta, y el problema es parecer una puta… que por otra parte mientras que seas feliz qué carajos importará. Si de todas maneras no se lo puede contar a nadie, lo ha firmado.

Observo la hoja con sus normas. ¡Depilarme! ¿Depilarme el qué? ¿Todo? ¡Uf

facepal

Depilarte el coño, cariño.
Me desespera lo que no está en los escritos.

Dentro de los límites infranqueables de Grey, los cuales algunos como actos con orina, excrementos, niños o animales tienen todo el puto sentido del mundo, se encuentran “Actos con agujas, cuchillos, perforaciones y sangre; Actos que dejen marcas permanentes en la piel; Actos relativos al control de la respiración.” Ehm… Estábamos hablando de BDSM, ¿verdad? Un BDSM light es lo que me voy a encontrar entonces. O tengo una concepción del BDSM equivocada, que puede ser.

Se acaba de enterar de que Anastasia nunca ha tenido relaciones sexuales, y ha puesto el grito en el cielo. Un pelín.

—¿Eres virgen?

Asiento con la cabeza y vuelvo a ruborizarme. Cierra los ojos y parece estar contando hasta diez. Cuando los abre, me mira enfadado.

¿Por qué cojones no me lo habías dicho? —gruñe.”

Ay, no sé, quizás debería de haberse presentado “Anastasia Steele, virgen, encantada de conocerle” Contarle a alguien que nunca has follado así sin más es igual de ridículo que contarle que nunca has comido nachos con guacamole. Si no se había dado la conversación hasta ahora, ¿qué quieres alma de cántaro?

En fin… hasta ahora tenemos:

  • Una habitación con efecto uterino.
  • Un contrato un tanto turbio.
  • Una adolescente que no sabe dónde se está metiendo.
  • Un sádico que se relame.
  • Un BDSM de mentira.

A ver qué nos depara el próximo capítulo, porque casi 100 páginas y para ser una novela erótica aquí no hay ni petting en condiciones.

boton50

3 comentarios en “50 Sombras, capítulo 7. «Escándalo, es un escándalo»

  1. “Anastasia Steele, virgen, encantada de conocerle”… esta frase me ha marcao pa siempre! Jajajajaja! Por otra parte… Anastasia, hija mía, me cabreas… de verdad de la buena… uf…

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